Tu compañera de cuarto tiene unas tetas increíbles y ya no puedes resistirte más. Es una mañana de domingo perezosa y anoche llegó borracha y tarde, ¡así que decides arriesgarte! Te cuelas en su habitación y empiezas a agarrarle los pezones con suavidad. Le quitas la manta para ver y tocar todo su cuerpo. Obviamente sigue borracha porque empieza a tocarse las tetas también. Por supuesto, llevaste una cámara para grabar esta experiencia única en la vida, para poder masturbarte con ella más tarde muchas veces.